domingo, 3 de mayo de 2009

Vida de Drogas y Muerte

La letra del estribillo de Hard Livin ("Vida Dura"- se escribe así sin g) el gran éxito del finado D.O. Cannon, dice en su parte central: “In this life we’re livin it’s either death or prison” (En esta vida que vivimos o es la muerte o es la cárcel). La canción ha vendido millones de copias desde que salió el año 2003 y es la realidad de la vida de muchos raperos. La policía se limita a decir que los nuevos astros de la música hip-hop viven en carne propia la violencia que entonan en sus canciones. De hecho, los raperos viven una guerra en las calles de Estados Unidos y otros sitios del mundo, con una violencia verbal, musical y física nunca vista antes en una forma tan abierta. También participan en toda clase de actividades relacionadas con las drogas. Y los hechos así lo comprueban.

Los raperos, las drogas y la muerte parecen ser un cóctel imposible de separar en la sociedad actual. En este momento, las autoridades continúan con las averiguaciones acerca de las actividades de Charles Gant, el manager de la estrella del hip-hop Gloria Vélez, quien está acusado de usar el bus de promoción de la artista como un sitio de distribución de cocaína en New York por la suma de $50 millones de dólares al año. “Es una manera muy sofisticada de distribución de drogas”, dijo Jeanine Pirro, fiscal de Westchester, Nueva York, donde se lleva el caso. Vélez es una voluptuosa joven que aparece en los videos de Ja Rule, Jay-Z y DMX –bajo la dirección de su manager Gant- ahora acusado de usar el vehículo promocional de la despampanante rubia para el reparto de grandes cantidades de droga, sin despertar sospechas. El hip-hop surgió como una expresión de los ghettos, la cual combina el uso de drogas, la violencia y la denuncia social. Al principio fue una música marginal, pero en la actualidad ha sido aceptada en la sociedad. Tanto así, que sus programas hacen parte de los de mayor éxito en MTV y hasta tiene sus propios snikers.

Los viejos reporteros de farándula y crimen organizado dicen frente a las cámaras de televisión que ni siquiera en la Chicago de los años 1920s o en Las Vegas de finales de 1940s y principios de 1950, se vieron tantos asesinatos, atentados, palizas, canciones con versos violentos –contando todo lo que está pasando- y acusaciones en los medios, tal como está pasando con la gesta (otro nombre que le dan a esta música) del rap. En noviembre de 2003, Shameik Moye, un rapero de 19 años, fue acribillado a dos cuadras de la casa de su madre en Hemptead, en Long Island en Estados Unidos. La policía arrestó a Corey Flowers, de South Jamaica, otro joven de 19 años por el crimen. Las autoridades investigan si el motivo para el asesinato es que Moye se disponía a firmar el primero de diciembre del 2004, un contrato con Def Jam Records, una empresa de música hip-hop de Murder Inc., (Muerte Incorporada) el sello que –según alegan los investigadores federales- trata de controlar a sangre y fuego el mundo de la música rap, en especial las calles de Queens, en el sector de South Jamaica. Los sellos rivales afirman que Murder Inc amenaza y apalea a los DJ que tocan su música en las estaciones radiales, llegando a sitios tan lejanos como Sudáfrica.

Los federales investigan si el asesinato del fiscal federal Jonathan Luna –quien fue muerto a puñaladas en Baltimore- fue ordenado por el rapero, Deon Lionnel Smith y su socio, Walter Oriley Poindexter, acusados de vender heroína desde las instalaciones de su sello disquero Stash House Records, en Baltimore. Los hombres se declararon culpables de los cargos y enfrentan hasta 10 años de cárcel.

Pero volviendo al caso de Nueva York, Jamaica es un vecindario de clase media, en el Condado de Queens. El tren F llega hasta la calle 179 y Hillside Avenue. Dependiendo de si se va a la izquierda o a la derecha, se llega a una barriada totalmente diferente. Hacia la izquierda está localizada Jamaica Estates, con sus hermosas avenidas residenciales, sus jardines y sus árboles centenarios, cuyos héroes son el multimillonario Donald Trump, (todavía su madre vive allí) y el ex gobernador de Nueva York, Mario Cuomo.A la derecha queda South Jamaica, un ghetto, sin árboles, ni jardines, habitado por gente de color e inmigrantes. Sus héroes son los mismos jóvenes raperos –o quienes aspiran a serlo- y los narcotraficantes como Lorenzo “Fat Cat’ Nichols, Howard “Pappy Mason y Kenneth “Supreme” McGriff, quienes aunque están encarcelados, continúan teniendo lazos afectivos y financieros con el barrio. “Estos jóvenes raperos cantan sobre la violencia que viven y su entorno”, dijo el portavoz del Precinto 103, a la cadena Fox, estación de televisión que se ha dado un banquete cubriendo los últimos asesinatos de raperos.

La noche del 4 de septiembre de 2003, Gerald Fields, un rapero de 26 años, más conocido como D.O. Cannon, fue muerto a balazos, en una calle de South Jamaica, en Queens, cuando conversaba con unos amigos. Cannon era la estrella naciente de Murder Inc. y la policía investiga si su ejecución está relacionada con el reciente asesinato de Jam Master Jay, un exitoso rapero, o si fue por una disputa en un negocio de drogas. De acuerdo con las autoridades, Murder Inc. es dirigida por Irving Lorenzo, a quien llaman Irv Gotti –en alusión a John Gotti, el jefe de la mafia estadounidense fallecido hace dos años- debido a que cuando hay problemas o con firmas rivales o con otros raperos, Murder Inc. siempre soluciona el problema asesinando a los implicados.

Sin embargo, hasta ahora, Irv Gotti no ha sido acusado por ninguna de las muertes. Por el contrario, es uno de los más reputados directivos musicales de Estados Unidos. Entre sus protegidos se encuentra la superestrella Ashanti, a quien le dió a grabar el éxito “I'm So Happy” (Soy Muy Feliz), el cual batiera todos los récords de venta.

Los detectives todavía investigan quien mató a Jason Mizell –el astro de la música rap, mejor conocido como Jam Master Jay- quien fue asesinado en octubre de 2002, en su estudio de Merrick Boulevard, ubicado también en South Jamaica, Queens, cuando estaba grabando su nuevo álbum al que se le auguraban los mejores auspicios. Los amigos de Jay sostienen que Irv “Gotti” Lorenzo ordenó su asesinato, por negarse a firmar un contrato de exclusividad. De igual manera, en 1999, Raymond Rogers, otra de las estrellas nacientes del rap, conocido como Freaky Tah, fue ejecutado en las calles de South Jamaica. Todavía se investiga quien lo mató, al igual que la muerte de Notorious B.I.G., otro astro del rap.Pero, de acuerdo con las autoridades, Murder Inc tiene lazos con Kenneth McGriff, el narcotraficante encarcelado. Los federales investigan si McGriff usó el dinero obtenido en la venta de drogas para financiar a Murder Inc, la empresa de Irv “Gotti” Lorenzo, cuya máxima estrella, Ja Rule, sostiene una guerra verbal con 50 Cent, el rapero que en marzo de 2000 fuera baleado, acuchillado y apaleado por el propio Lorenzo, Christopher, uno de sus hermanos y Black Child, uno de los raperos de Murder Inc.Aunque parezca increíble, 50 Cent sobrevivió a nueve balazos, seis cuchilladas y tres costillas rotas, pero perdió el contrato que tenía con Columbia Records. Sin embargo, Eminem –el exitoso joven talento musical del momento- lo llevó a su sello Interscope. La canción Get Rich or Die Trying (Hazte Rico o Muere Tratando) vendió la astronómica suma de 872.000 copias en su primera semana. Además, 50 Cent obtuvo cinco nominaciones a los Premios Grammy de 2004, algo que no consiguieron Ja Rule y “Gotti” Lorenzo, por lo que la guerra sigue su marcha.

Ricardo Rios Diaz